Hernán Rivera Letelier. El arte de la resurrección.

Hernán Rivera Letelier es un autor chileno (1950) que inició su carrera escribiendo poemas y cuentos pero fue en el género de novela donde encontró su mayor reconocimiento. Su novela “El arte de la resurrección” ganó el Premio Alfaguara 2010.

Hace 7 años que adquiero los Premios Alfaguara, he encontrado verdaderas perlas y un par de fiascos, menos mal que el premio de este año fue una de esas perlas (no la mejor, pero perla al fin). La historia de este libro se basa en Domingo Zárate Vega, personaje quien tras la muerte de su madre decide pasar un tiempo como ermitaño en el Valle de Elqui, donde casualmente descubre que él es la reencarnación de Jesucristo.

A partir de esta revelación Domingo emprenderá un viaje de predicación a lo largo de su querido Chile. En este viaje lleno de vivencias hilarantes, reales y algunas veces llenas de chocante realidad el Cristo de Elqui, como es más conocido nuestro protagonista, se da cuenta de que no puede seguir haciendo su trabajo sin una buena discípula que le siga y lo conforte en las noches frías de peregrinaje. En las oficinas salitreras de Providencia vive una prostituta famosa por su veneración a la Virgen del Carmen, Magalena Mercado, quien según los estándares del Cristo de Elqui llena de sobra los requisitos para hacerle compañía durante los 10 años que faltaban de su predicación.

Con una nueva misión en mente el Cristo de Elqui está determinado en convencer a Magalena de dejar su negocio como prostituta para seguirle, incluyendo a su gallina ponedora de huevos con doble yema, pero no cuenta con que la santa puta también tiene una misión. Abandonada de niña Magalena se crió en una familia adoptiva de 14 varones, de más está decir que fue víctima de abusos de todo tipo, pero lo que más le retuerce las entrañas es haber sido abusada carnalmente por el padre del pueblo quien además puede ser el hombre que embarazó a su madre (también prostituta) e incluso él que la mató.

La escena del desierto chileno y las salitreras aportan un fondo casi hostil a la novela donde este personaje valiente, integro, creyente abnegado y definitivamente loco nos lleva de la mano en sus alucinaciones de Cristo redentor.

El arte de la resurrección tiene algo de crítica social, relato histórico y sátira con pizcas de fantasía; se presta para una lectura rápida gracias a la sencillez de la prosa, es como leer un cuento y no las complicaciones que normalmente implica la palabra novela.

La recomiendo si lo que buscan es una lectura rápida y entretenida.

Hasta la próxima y que tengan una buena lectura.

Marieru

2666. Roberto Bolaño

Roberto Bolaño (1953-2003) escritor y poeta chileno. Autor de novelas premiadas como “Los detectives salvajes” (1998) y “2666” (novela póstuma, 2004).

Aparentemente ya es bastante conocido que Bolaño, ante la certeza de su muerte, le dijo a su editor que “2666” debía ser publicada en cinco partes (las cinco partes por las que está compuesta la novela final) de forma anual, para que los hijos del autor tuviesen de cierta forma un seguro económico. A pesar de esto, luego de morir Bolaño, su familia, el editor y un crítico de confianza, tomaron la decisión de publicar la novela en un solo volumen. Para algunos podrá ser una buena idea para otros, como en mi caso, un error.

Es mi opinión que de haber sido publicada la novela según los deseos del autor, hubieran podido pasar dos cosas. Después de leer la primera parte “La parte de los críticos”, no hubiera comprado las otras cuatro o me habría resultado tan intrigante que sí las compraría, siempre será una duda.

Después de todas las opiniones positivas que me dieron y de otras mejores que leí, esperaba muchísimo más de esta novela. Luego de forzarme a terminarla me ha quedado un sentimiento de confusión y es que “2666” es como esos cuadros abstractos que se venden por millones solamente porque nadie los entiende y por eso tienen que ser algo extraordinario. Aplaudo la valentía de Bolaño para escribir más de 1000 páginas de todo lo que alguna vez pasó por su mente, y aunque no niego que hay páginas entretenidas, profundas y hasta un poco filosóficas, la suma de tanta letra no me enseñó nada.

Hay muchas cosas que decir de “2666”, pero tampoco busco hacer un resumen de este complejo ejemplar. Definitivamente lo que si estoy segura pasará si no es que ya está pasando, es que “2666” se convertirá en un caso de análisis universitario, se harán tesinas, ensayos y discusiones en todas partes.

Lo que une a las cinco partes es el escritor alemán Benno von Archimboldi, un caso de escritor misterioso que nadie ha visto y cuyas novelas son, en el universo de la novela, un éxito para ciertos grupos de intelectuales. En la primera parte “La parte de los críticos”, tres hombres y una mujer (que se acuesta con dos de ellos pero que ama a otro, ¿ven el enredo?), todos profesores universitarios parten a la ciudad mexicana de Santa Teresa, frontera con Arizona, ciudad donde se cree haber visto por última vez al misterioso Archimboldi. A estos personajes procedentes de países europeos (Francia, España, Italia e Inglaterra) no es tanto el interés en común por Benno von Archimboldi lo que los une sino lo vacío de sus existencias, que necesitaban ser aderezadas con esa búsqueda fútil de un personaje que nunca han visto para ser dignas de relato. Esta parte viene con un mènage-a-trois incluido entre los tres amantes que aunque me pareció una parte importante y digna de tratar, por su potencial moral y desarrollador de carácter, tristemente solo se le da un par de líneas de atención. En Santa Teresa conocen a otro profesor universitario, esta vez catalán, que ha llegado a vivir allá luego de que su mujer lo dejara a él y a su hija para ir en busca de un poeta loco que está en un manicomio y que según ella es el amor de su vida, obviamente ella es otra loca. Así llegamos a la segunda parte, “La parte de Amalfitano”. Sólo voy a decir que en esta parte hay un libro colgado en un alambre de ropa (Amalfitano lo puso ahí porque no conocía su procedencia) lo que demuestra que Amalfitano tampoco estaba muy bien que digamos.

La tercera parte “La parte de Fate”, que no sé si fue por algún tipo de carencia como lectora pero la sentí totalmente irrelevante, trata de un periodista estadounidense negro quien debe viajar de Detroit a Santa Teresa para cubrir un combate de boxeo lo que lo lleva a descubrir los vergonzosamente famosos asesinatos de mujeres que se producen en la ciudad fronteriza. Si esta parte era para introducir los asesinatos en el argumento me pareció innecesario, hubiera utilizado a cualquiera de los críticos o al propio Amalfitano. De aquí pasamos a la parte más dolorosamente lenta de la novela, “La parte de los crímenes”, donde a manera casi de reporte policial se narran los horrorosos asesinatos de mujeres en la ciudad, ciudad unas veces triste y fantasmal otras veces alegre y pujante (para algunos bendecidos). Por último, el autor decide poner fin a nuestra intriga de saber ¿qué diablos está pasando? y nos introduce a “La parte de Archimboldi”, la única parte que pude leer sin tener que cerrar el libro para pedir paciencia. En esta parte descubrimos quién es en realidad Archimboldi, nada extraño ni enrevesado, sólo un simple soldado alemán llamado Hans Reiter que tuvo que enfrentarse a la tragedia durante la segunda guerra mundial y que por elección propia decide convertirse en un escritor sin rostro para que los fantasmas de su pasado no lo alcancen.

Debo admitir que hubo algo que si me llamó la atención en “2666”, la manera en que Bolaño crea novelas dentro de la novela, existen personajes que aunque no aportan nada al hilo de la novela (otros que sí), tuvieron su propio momento de fama, su mini biografía dentro de la trama, las cuales muchas veces me resultaron un oasis en un desierto interminable.

Probablemente llegará un momento en mi vida que sienta la necesidad de volver a leer “2666”, cuando me haya despojado de las expectativas tan altas que me había formado de ella. Mi meta por ahora, leer “Los detectives salvajes” para darle otra oportunidad a Bolaño y tratar de dar con la clave de su narrativa.

No digo que la novela sea mala, sólo digo que es algo complicada. Honestamente, esta novela tiene tantas cosas pasando a la vez, tantos personajes secundarios, escenarios, datos e información tan interesante como mundana, que me da la impresión de ser como esas ilusiones ópticas que sólo se aprecian desde lejos o como cualquier obra de arte que porque los expertos no la entienden la tildan de belleza.

Hasta la próxima y que tengan una buena lectura.

Marieru

La Casa. Frank Peretti y Ted Dekker.

Ted Dekker es un escritor estadounidense de novelas de suspenso y ficción, ocasionalmente horror. Tiene un sinnúmero de novelas en su haber, entre las más reconocidas está la serie del Círculo, compuesta por cuatro novelas (Negro, Rojo, Blanco y Verde), Adam (2008) y Tres (2003). A inicios de su carrera se dio a conocer por una serie de novelas de tema cristiano, o más bien ficción cristiana o thriller cristiano.

Frank Peretti, autor estadounidense de ficción evangélica cristiana ha dedicado su carrera como escritor a temas de batalla espiritual. Entre sus novelas más conocidas tenemos Penetrando la oscuridad (1998) y El juramento (1995).

Ya había escuchado de ambos autores. De Peretti, por referencia de una amiga que había leído su novela Penetrando la oscuridad y de Dekker, por simple casualidad curioseando en la librería encontré la serie del círculo pero incompleta.

Ambos actores se unieron en 2006 para crear una novela de horror-ficción cristiana, La Casa. Esta novela fue la que por fin me dio la oportunidad de leer ambos autores de una vez por todas.

El género en que se vende este esta novela es horror, pero debo ser honesta y decir que aunque existían páginas inquietantes, no me sentí paralizada por el pánico y el terror.

La Casa está protagonizada por un matrimonio al borde del divorcio quienes en su camino a terapia de parejas se pierden en la inmensidad de los caminos rurales de Alabama, en uno de estos caminos sufren un accidente de auto al ser prácticamente emboscados por un alambre de púas que hizo reventar las llantas del vehículo. De esta manera, heridos y confundidos llegan a la más sospechosa de las posadas en medio de la nada pero aún así entran en busca de ayuda. Dentro de la misteriosa posada se encuentran a otra pareja que casualmente han sufrido el mismo tipo de accidente, conjeturas aparte, los cuatro deciden quedarse.

Cuando están buscando acomodo se apagan las luces de la casa y es cuando empieza lo bueno. Uno a uno van apareciendo los dueños de la casa, mamá, papá e hijo, altamente sospechosos. Después de una cena bizarra y grotesca ambas parejas deciden que es momento de partir, ya en la puerta hay algo que se los impide, la figura de un hombre portando una escopeta y una máscara de metal que cubre su rostro se acerca amenazadoramente a la casa. En pánico, cierran la puerta para refugiarse cometiendo un grave error, el hombre tranca las puertas desde afuera impidiéndoles la salida, dando inicio al verdadero terror (al menos así me dijeron).

Una vez adentro, el hombre (o eso creemos hasta ahora) deja caer una lata con algo escrito por la chimenea. Esto es lo que dice la bendita lata:

Bienvenidos a mi casa

Reglas de la casa:

1. Dios vino a mi casa y lo maté.

2. Mataré a cualquiera que entre en mi casa, así como maté a Dios.

3. Denme un cadáver y tal vez yo pueda prescindir de la regla dos.

El juego termina al amanecer.

Atrapados dentro de una casa que cambia de forma y tiene la capacidad de reflejar el pecado dentro de los corazones, los protagonistas se enfrentarán al terror de sus propias malas decisiones.

La Casa fue muy entretenida y fácil de leer porque está escrita en capítulos cortos que mantuvieron mi atención en “on” todo el tiempo. La recomiendo sin peros.

Ya compré “Tres” de Ted Dekker, promete ser intensa.

Hasta la próxima y que tengan una buena lectura.

Marieru

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